A todo
esto, ¿Qué hora es? Ahora sigo. Pongo el título y vuelvo,
Una invitación
Es que
tengo miedo de perder el comienzo y de no acordarme de mi amigo.
Ya
estoy de vuelta.
Pues
eso, decía mi amigo que le había dicho a una desconocida con la que quería
entablar conversación,
-Y todo
porque tenía coño- le interrumpo.
-¿Cómo?
No le
contesto. Lo hace a menudo. Sólo para ganar tiempo.
-Siempre
estás igual- me recrimina.
-Es
difícil estar diferentes si los comportamientos son los mismos- me justifico.
Pero él
lo que quiere es contarlo.
-Pues
voy y le digo: A todo esto qué hora es.
Me
reservo.
-Me
mira como si fuese un pez espada y se va de la silla. Estaba en una silla alta,
en la barra.
-¿Cómo
un pez espada? ¡Joder! ¡Cómo un pez espada!
Me
imagino la escena.
Ella
sentada, tomándose algo, quizás fumando.
Él se
acerca.
Él. A
todo esto qué hora es.
Ella.
Le mira extrañada. No mucho más. O sorprendida, arriesgo.
Él.
¿Por qué me miras cómo si fuese un pez espada?
-¿Se
puede saber cómo se mira a alguien como si fuese un pez espada?.
-Y yo
que sé.
-Acabas
de decirlo.
-Es una
forma de hablar.
-Se te
veía en el rostro.
-¿El
qué?
-Que
estabas pensando: Ésta me está mirando como si fuese un pez espada.
-¿Tú
crees?
-Segurísimo.
-Igual
fue por eso que se marchó. No había caído.
-Después
de lo otro, claro- explico.
-¿Qué
quieres decir?
-Que primero
vas y le dices: A todo esto qué hora es. Y después lo rematas poniendo cara de
estar pensando: Ésta me está mirando como si fuese un pez espada. Se debería
quedar absolutamente obnubilada.
-¿Obnubilada?
-Confundida,
confusa…
Todavía
más,
-Liada.
O harta.
-No, si
entiendo la semántica…es la lógica o al estratégica.
No hubo
más palabras sobre el tema. Por aquellos tiempos era todo lo que daba la
confluencia del amor, el deseo y los objetos de tal querencia. Claro está, que
entre gente de cierta cultura y cierto ingenio guasón, ya bastante aderezado
con unas copas.
El
intentaba escribir poesía y yo, rendido, poetizaba cualquier intento que se me
aproximase.
Nada
trascendental por otro lado.
Lo he
puesto aquí porque ha salido así. Tal cual.
Ni me
acordaba y hasta puede que ni lo supiera.
Pero
ahí queda.
Y para
más demostración… lo dato en la noche del 23F.
Que
después lo comentamos mucho. La que se podía haber liado y nosotros…Un pez
espada y un besugo.
Y
apareció ella, como entonces,
-Recordando
viejos tiempos- no lo preguntó, lo afirmó.
Y se
sentó, primero me miró a mí y después a su marido.
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