viernes, 17 de julio de 2015

Escritura automá[crí]tica IX


Hay emigrantes, exiliados. Dos palabras que hablan de las afueras. De estar en otro sitio diferente de aquel en que naciste y pasaste los primeros años, o de aquel en que te gustaría estar. Porque son los años que pasas, que te arraigan, es la memoria, la raíz de los árboles que podríamos llegar a ser.
Bueno, pues hay emigrantes, exiliados que recogen sus raíces y las meten en una maleta y con el muñón que queda se aposentan en la nueva tierra. Y ahí se quedan, esperando que salgan nuevas raíces. Pero no salen.
El muñón es un culo que se aposenta y entonces el árbol no tiene más remedio que utilizar parte de sus ramas para asirse a la nueva tierra. Se convierte así en un árbol de perfil equívoco y casi siempre con una copa no muy ortodoxa o de más.
Hay otros que con las raíces en la maleta, las sacan y de vez en cuando las ponen al sol. Para que vayan sobreviviendo y aguanten, y algún día, quizás, puedan volver a enraizar en la tierra nunca olvidada y así, son unos árboles que parecen pájaros, alegres y volátiles, dando envidia y pena.
Envidia porque se pueden ir aunque no se vayan y pena porque se quedan aunque nunca están del todo.
Se dice, uno es de donde pace, no de donde nace, para convencerse. Y es necesario decirlo aunque sea todo lo contrario, aunque para los puristas quizás mejor, uno es de donde se hace más que de donde nace o pace.
Y más de ese sitio entre más te haces.
Y todo porque pacer y nacer te lo hacen, lo de hacerse es otro cantar.

miércoles, 1 de julio de 2015

Escritura autó[má]crítica VIII



¿Cómo te ven los demás?
A duras penas te preocupas. Sí, vistes aparente y te comportas aparente, pero no piensas en los demás. Es así. Eres así.
Si se producen desajustes, frases inconvenientes, hechos sorprendentes, si eres pasto de la crítica…….todo es casi anecdótico. Tú eres lo que eres y vas solventando los desajustes.
Esta situación cambia si adquieres un cierto estatus social y compruebas que muchas miradas se posan en ti, te juzgan y te toman por modelo.
Y llega un día que te sorprendes pensando que pensaran los demás de lo que te propones hacer, lo que te propones vestir o lo que te propones decir.
Esto te llevará  a alterar tu toma de decisiones. Así puede ser que un día vayas a tal sitio, que no te gusta mucho, vestido con un traje, que odias, y decidido a callar algo que te gustaría decir.
Concluyendo, había puesto resumiendo, pero no, concluyendo, ¿Quién es ese que actúa así, que está dentro de ti?
Por ejemplo, un pedazo de mármol de Carrara que está siendo esculpido por la sociedad. O un pedazo de madera. O un pedazo de carne.
Terrible situación.
Si esta presión sigue aumentando hasta estar desde que te levantas hasta que te acuestas, ¿En qué/quién te has convertido?
¿Dónde quedaron tus deseos?
Sólo durmiendo puedes decir lo que quieres, vestir como te da la gana e ir a dónde te apetezca. El resto de tu vida ya no es tuya.
Esto más o menos es lo que debe haber interiorizado en estos años la actual reina española. Un ejemplo. Algo que su marido no ha necesitado interiorizar nunca. Porque él ya nació así.
Vivir ajeno a uno mismo. O sea, al revés del resto del mundo.
Vives para ti y los otros son un incordio de vez en cuando.
Vives para los otros y no hay forma de ser un incordio para uno mismo.
No dices: No voy al cine porque la peli no me gusta. Si no, ¿Habrá en el cine mucha gente para que sea factible el ir a ver la película que proyectan en él? ¿Está bien esta película e ir a verla por su contenido puede producir malinterpretaciones? ¿Es conveniente ir a ver esta película en la que sale un actor que ha hablado mal de mí?
Que me la traigan a casa. La veré cuando esté dormido.
Me quiero dejar la barba. ¿Es conveniente? ¿No será interpretado como que tengo una enfermedad en la piel?
Todo esto lo hace el rey por hábito. Un ejemplo. Todo esto es el mundo en que habita la reina que se acuerda de cuando hacía lo que deseaba. Un ejemplo.
Todos reyes y reinas de nuestro mundo. Del que nos dejan. Los otros reyes y reinas. Nosotros para los otros.
Así son las cosas.
Algunos se mueren y nunca cayeron en ello. Ni siquiera se parecen al pez, que descubre que hay tierra si muere cazado que no pescado.