Lo que las palabras intentan decirnos
Hay palabras, que como un fruto, encierran dentro de ellas
un mundo y en un determinado momento, cuando las condiciones sociales lo
impulsan, explotan y todo su contenido se derrama. Como le pasa a la palabra
“economía”. El problema es si toda la semilla que encierra dentro caerá en
un terreno propicio o no para
fructificar.
El “eco” es tu voz que ha ido a caer ves a saber dónde y
vuelve fragmentada. Es como una burla. Alguien escucha, repite lo que dices,
pero no te hace caso. Es la voz no mía, “nomía”. Eso pasa mucho en nuestra
sociedad. Hay mucho eco.
Pero “no” también encierra dentro de sí un mundo de cargado
significado. Desde el primer “no” explicito, contundente, sin ambages que oyes
siendo casi un bebé, a ese “no” implícito que a cada instante te dice la vida.
De hecho nos guiamos más por lo que es “no” que por lo que es “sí”. Decidimos
aquello que hacemos en función más de lo que no podemos que en función de lo
que queremos. Entre dos caminos, solemos optar por el que no tiene un “no”, en
vez de hacerlo por el que tiene un “sí”. La mayoría de las veces nos influye
más el camino del “no” que el del “sí”.
No es frustración, prohibición, oscuridad, impotencia,
limitación. “Es posible todo lo que no es noposible” más que “Es posible todo
lo que es posible”.
Y después “mía”. Que es de mí, mío.
¿Es mía la vida? ¿O es “nomía” la vida?
Si la tienes tú, la diriges tú, y arrebatártela, matándote,
esclavizándote es ilegal. Entonces te la quitan dirigiéndote.
Antiguamente, cuando había esclavos “de facto”, estos hacían
lo que el amo les decía, les permitía. Hoy en día no existe esa esclavitud pero
hay alguien diciendo lo que tienes que hacer. ¿No? No sé. Mira tu vida un
instante y después vuelve a preguntártelo.
Hoy en día la palabra “economía” domina nuestras relaciones
y por ende nuestra existencia. Nuestras conversaciones. Está en los medios. La
buena o mala economía de un país marca el bienestar de sus ciudadanos. Tienes
buena economía si tienes buen poder adquisitivo. Si eres pobre tu economía es
mala.
Cuesta pensar que esta palabra se ha formado fortuitamente u
obedeciendo a otros designios que no sea advertirnos y más en esta época, en
que casi todo gira alrededor de ella.
Eco. No. Mía. Cuesta mucho.
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